TODO ESTÁ CONECTADO
- Víctor BenUri
- 5 ago 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 7 ago 2019
Por Víctor BenUri
¡Es increíble!
El sábado tres de agosto, visité el Mercado Ivan Montenegro, otras veces he visitado diferentes mercados de la capital y de algunas ciudades del país. De mi visita analicé algunos aspectos de nuestra realidad, apenas una parte ínfima. Por ejemplo, hablemos del Sistema de Salud y Educación.
Los datos no son alentadores. Visitar esos centros populosos de compra es como experimentar ciertas novelas de escritores clásicos y de algunos contemporáneos como Patrick Süskind. Su obra, «El Perfume, Historia de un asesino» es ambientada a mediados del siglo XVIII. Aún la revolución francesa no iniciaba su desarrollo. Su descripción de las ciudades francesas, es casi un reflejo de nuestros mercados y calles de la capital. Quizás exagere, pero hay ciertas cosas que no han cambiado.
Juzgue usted, el escritor relata:
«En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata; las cocinas, a col podrida y grasa de carnero. El calor se abatía como plomo derretido sobre el cementerio y se extendía hacia las calles adyacentes como un vaho putrefacto que olía a una mezcla de melones podridos y cuerno quemado. En un puesto del mercado de la Rue aux Fers los pescados, sacados del Sena apestaban ya hasta el punto de superar el hedor de los cadáveres»

Por ejemplo. Si usted visita el Mercado Oriental, está consiente del desorden, de la insalubridad y la falta de una adecuada infraestructura para albergar a 51, 000 personas que se ganan la vida y a la exagerada cifra de 190, 000 compradores, registrados en el 2017 por el Instituto Nacional de Información y Desarrollo (INIDE).

Además, es un hecho científico que ese tipo de ambiente es un cultivo de bacterias, virus, hongos y protozoos microscópicos que provocan enfermedades. La falta de un plan de modernización al Sistema de Salubridad no forma parte del desarrollo del país. De llevarse a cabo el plan, se debe incluir una campaña de educación dirigida al ciudadano.

Lo increíble, es que en estos centros de compras la gente se alimenta, convive con la suciedad, el mal olor y lo putrefacto. Han desarrollado una inmunidad asombrosa.

Lejos de ser una metrópolis, la ciudad de Managua genera 1,500 toneladas de basura diario. El 12 % pertenece a las bolsas plásticas. Estos datos corresponden al mes de agosto del 2018, según cifras oficiales de la Alcaldía de Managua. Ahora hablemos de la educación. Éste, es un tema interminable, la cultura de la suciedad predomina en gran parte de la población.


Analicemos. Es común ver a gente con su perro al lado, un paseo vespertino no está mal, lo que está mal es que no hay cultura de la bolsa para excremento del can. De tal forma que la capital se llena de excremento de perro y basura que arroja la gente por las ventanas de los colectivos, taxis, particulares y transeúntes por las calles. Recién viví esa escena del excremento de perro frente a la casa de mi madre. Es un hecho verídico que, si alguien trata de ir a dialogar con un vecino por lo que hizo su perro, automáticamente el reclamante se convierte en enemigo público. Lo peor es cuando alguien o un vehículo pasa por encima de las heces provocando un hedor irrespirable. Tuve que lavar el frente con detergente porque el hedor había invadido la sala.
─Todo está conectado─ me dijo uno de mis profesores de periodismo, respecto a la política, lo económico, la salud y la educación. Sin embargo, repito, sólo dos aspectos (parte ínfima), analizamos en este artículo, como punta del iceberg, porque, tomar todos los rubros por los que se ocupa el Estado, redactaríamos un ensayo, quizás un libro.
«El desarrollo de un país se puede medir por la capacidad intelectual de sus ciudadanos» escribí en uno de mis ensayos entregados a uno de mis catedráticos.
Educación y Salud son temas pendientes de todos los gobiernos que han administrado al Estado de Nicaragua. Insisto, los datos no son alentadores, a pesar de que para este año 2019 se asignó 988.40 millones de más al rubro Educación, existen retos y desafíos para mejorar el nivel de calidad impartido en las aulas de los centros de educación del país. La politización en las escuelas públicas es una piedra en el zapato. De la partida presupuestaria sólo se asignan el 2% para la preparación de los docentes, estos son datos del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Publicas publicadas en noviembre del 2018.
En este año, a raíz de la crisis sociopolítica el presupuesto designado al Ministerio de Salud disminuyó en 7.4 % menos de la asignación del 2018, revela el Ministerio de Hacienda y Crédito Público. La mayor parte de ese presupuesto está orientado a los salarios. Las alarmas se dispararon en ese sector por los despidos masivos de doctores que cumplían su juramento hipocrático al atender a ciudadanos involucrados en las protestas del año pasado.
El futuro cercano para Nicaragua no es bueno, la crisis que está en desarrollo hará colapsar todo el engranaje del Estado. Si en la época de los 80 sufrimos carencias indecibles y retrocedimos alrededor de 50 años según se decía en la época de los 90, con la actual crisis volveremos a esos tiempos emulando lo peor de una sociedad deshumanizada.
¡Es increíble! Insisto. No hemos aprendido de la historia. Volvemos al inicio de la cuenta en nuestro reloj.
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